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Zia

Es el pueblo más septentrional del Valle y está sitúa do en un llano rodeado de montes de mediana altura.

También llamado en el siglo XII «Cija de suso», «Ciha», «Ciya» o «Zia».

Etimológicamente acaso se relacione con Ziar, «costado o ladera».

Tiene un sugerente lugar denominado «Baltegiondo» (en euskera sitio de almacenamiento de las balas de cereal) lo que recuerda la costumbre de recogerlo en «balas»: compuestas de cuatro gavillas («ezpalak» en euskera) unidas por una ligadura de centeno(«Eseki» en euskera). Y desde antiguo se llamaba al lugar donde manan unas aguas hoy apreciadas por abrir el apetito como «Gesaltxar» o lugar de salitre. En su término nacen diversos manantiales de aguas sanas y el arroyo Gulina que riega el valle de su nombre.

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Es digno de mención el retablo de su iglesia parroquial de San Miguel atribuido por Biurrun a Ramón de Oscáriz, deducción hecha partiendo del retablo de Aguinaga y su atribución es sin duda acertada.

En el retablo existen seis tablas pintadas, las dos del banco representan el Descendimiento y la Oración del Huerto. La primera escena está tratada con un dramatismo de raigambre flamenca.

Las dos tablas del segundo cuerpo representan escenas de la vida de San Miguel, el titular del retablo.

La Anunciación, la Visitación y la Epifanía que se encuentran en el tercer grupo, son las escenas más afortunadas del retablo.

La pintura es francamente buena y llama la atención la habilidad de este maestro por el dinamismo que atribuye a los personajes en fondos difíciles y la maestría que tiene en la plasmación de los efectos do luz.