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Atondo

En el extremo noroeste de la Cendea, tiene 355 hectáreas, 8 áreas y 40 centiáreas de superficie (incluida la del despoblado de Murco), lo que supone el 11,22 por ciento del distrito. Limitan el término los de Erroz (Arakil) (norte), Ochobi (noreste), Artiza (este y sureste), Iharte (sur), Anoz (suroeste y oeste), y el río Arakil que lo separa del coto redondo de Oskía (Ollo).

La zona septentrional baja desde el espinazo calizo de Bizkai (825 metros en Santa Cruz) hasta el camino de Pamplona a Oskía por el pueblo (525 metros), y continúa por una hondonada suave (Zelaia o Playa), cortada por una serie de colinas (Mendia, 482 metros; Murco, 462 metros y Ardantzeburu, 486 metros). Al sur de esta formación sigue otro espacio abierto, presidido por el montículo donde estuvo la basílica de San Juan (Joan done Juaniz), parroquia de Murco, seguramente.

Las casas se alinean en dos núcleos principales; el más alto, en torno a las casas de Gartxikorena y Zamarginarena, y otro más bajo, flanqueando el camino real de la capital por Oskía. El templo parroquial fue construido en 1862 al este del pueblo, quedando el solar del anterior habilitado para cementerio. De aquél proceden la pila bautismal y la escultura del titular San Martín, obra del siglo XVI.

okAtondo

El analista del reino, J. Moret, propuso la localización de la «mansio Alantone en Atondo, fundado en la distancia entre Aracilus y Pompaelo, y en la homofonía de ambos topónimos, reducción generalmente admitida, pese al claro componente euskérico de ATAONDO (Atea «puerta» + -ondo «al lado de», «cerca de», MICHEL.: ApeIl., 491) y lo oscuro del proporcionado por Antonino. Fragmentos de calzada romana fueron observados en las inmediaciones de la basílica de Oskía (ALTA DILL: Geogr., 1, II, 206); el camino de Atondo a Lete por Anbilleta tuvo algún trecho calzado.

En 1024 aparecen vinculados a Iharte la parte illorum vicuum qui dicuntur Ataondo et Olaluce (LAC.: Irache, nn. 2, 4). En registros de Comptos y en Libros de rediezmo del tercio final del XIII aparecen juntos «Atahondo et Murco», formando un concejo y una feligresía, como Ecoyen-Ilzarbe, Eguíllor-Beásoain (Ollo) y Ariz-Ordriz (Iza) (y. MURCO.).

Despoblado el anexo núcleo medieval Murco por la peste negra y refugiados sus vecinos en Atondo, fue a mediados del XIV el lugar más poblado de la Cendea. Señorío y pechas fueron recayendo en distintos miembros de la familia real (Godofre, 1413; Inés Claver, 1441, y los Beaumont, desde 1443, Yanguas: Dic. Ant., 1, 66; MADOZ: Dic., III, 106). Inició su decadencia demográfica a raíz de la construcción del nuevo camino real a Guipúzcoa por Erice. En memorandum de 1739 sobre la abadía y capellanía de la basílica de Oskía, decían los vecinos que «por tradición se sabe que aquella sagrada imagen bajó de los cielos», y en su templo se dicen misas para «consuelo de los innumerables viandantes que incesantemente transitan por la puerta de la misma basílica, que está situada en el camino real más público que tiene el Reino».

Lugar agrícola, el vecindario ha quedado reducido al 34,88 por ciento de los 86 habitantes que tenía en 1900.