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Gulina

Situada al noroeste de la capital del Ayuntamiento, Erice, a 513 metros de altura, en la orilla izquierda del barranco Uberkoa.

El problema de su etimología es dificultoso. Caro Baroja piensa que es de origen romance por la desinencia similar de otros nombres de lugar terminados en «-ina», como Zolina y nombres medievales de mujer corno «Andrequina».

En los documentos de la época medieval aparece «Buyllina», «Buillina», «Boyllina».

URBANISMO Y CONSTRUCCIONES CIVILES:

Su casco urbano aparece arracimado en una suave ladera, con la iglesia en un punto bajo y con las casas muy próximas entre sí pero manteniéndose exentas, formando callecitas embrionarias y pequeñas plazas.

A la entrada del pueblo se levanta un elegante edificio palaciano, propio del siglo XVIII. Lleva planta rectangular muy desarrollada, con dos alturas más desván, cobijado todo por tejado a cuatro vertientes con airoso alero Los muros, de mampostería menuda y cadenas de sillar en enmarques, esquinas y paño inmediato a la puerta, tuvieron que estar enlucidos en origen, aunque hoy aparecen desnudos, siguiendo modas recientes que ignoran la estética tradicional y la propia tectónica de los edificios. Los vanos son rectos, con antepechos en el piso noble, y la puerta es un medio punto con quince dovelas largas y con la rosca moldurada. Preside la fachada un escudo barroco, protegido por guardalluvias y con la fecha de 1743.

En la zona alta del pueblo se levanta una casa de similares características, incluyendo tratamiento de muros y vanos, aunque con una planta de desarrollo longitudinal. Otra casa presenta una versión más popular de la misma tipología, manteniendo las ventanas rectas y las puertas de medio punto, abiertas en muros enlucidos y con cadenas de sillar en los lugares acostumbrados. Algunas se acercan mucho al prototipo de caserío vasco más comúnmente conocido, y en cualquier caso presentan grandes similitudes con lo que nos vamos a encontrar en el corredor de Sakana y Arakil.

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Una de ellas, situada en la plaza frente a la iglesia, lleva un hermoso arco de medio punto con la rosca moldurada, y encima ventana cuadrangular también moldurada, con un pequeño remate conopial en el centro del cabezal. Es obra de un taller que trabajó de manera itinerante en esta zona, y que en otros lugares cercanos dejaron ventanas con fecha, siempre dentro del siglo XVIII. Muy cerca hay un lavadero público, con muretes de mampostería y pies derechos de madera, que sujetan un tejado a doble vertiente con estructura también en madera.

Todavía en esta plaza encontramos un caserón dieciochesco, que define muy bien el tipo de casa más extendido en el lugar y en la comarca. Presenta planta rectangular con gran desarrollo en superficie, y dos alturas más desván. Los muros van enlucidos, salvando las esquinas, los enmarques de los vanos y un paño triangular en torno a la puerta. Todo se cubre con tejado a cuatro aguas, que se proyecta con alero potente. La fachada luce arco de medio punto en planta baja, flanqueado por dos ventanitas. En el primer piso hay tres ventanas rectas, y en el desván tres pequeños tragaluces. Pertenece al siglo XVIII. En el mismo ámbito, la casa parroquial es un inmueble de menores pretensiones, a la que se adosa una fuente con pilar rematado en frontón triangular y con la fecha de 1905. La plaza se cierra con dos viviendas adosadas, de desarrollo horizontal y abiertas con medios puntos, que repiten características tipológicas ya reseñadas.

En su término se encuentran las Ventas Viejas de Gulina y el palacio de los Eraso que antiguamente pertenecía al pueblo de Ijurrieta.

ERMITAS:

Pérez Ollo menciona la ermita de San Esteban de Ijurrieta. Al parecer fue iglesia del antiguo desolado medieval homónimo, y posteriormente perteneció al palacio de cabo de armería de Ijurrieta, que estaba ligado al linaje de Eraso y que ha pervivido hasta el día de hoy en la forma de caserón dieciochesco.

PARROQUIA DE SAN PEDRO:

Parece tratarse un templo del siglo XVI, edificado aún en lenguaje gótico tardío, aunque reformas llevadas a cabo en los siglos XIX y XX alteraron sustancialmente el plan original. La planta conforma una cruz latina, con una nave articulada en cuatro tramos de longitud desigual, de los que el último funciona como cabecera, rematada en testero recto. Dos capillas se abren a la altura del tercer tramo, a modo de transepto, mientras que la sacristía se adosa a la cabecera, por el lado de la Epístola, y es una estancia de planta acodada. El acceso se practica desde el lado meridional, en el segundo tramo, muro en el que también vemos el volumen que alberga una escalera para acceder al coro y a la torre.

Los muros van aparejados en sillarejo, que acusan trazas de intervenciones y remodelaciones posteriores, y al interior van enlucidos. Dan iluminación al interior una serie de ventanas de medio punto, abiertas a ambos lados de la nave, más otra situada en el eje de la cabecera. A los pies del templo se abre un coro alto con arco de embocadura rebajado y balaustrada de madera.

Este conjunto se cubre con bóveda de arista, que afecta a los tramos de la nave y a la cabecera, reservándose para las capillas laterales dos tramos de bóveda de cañón. La sacristía recibe un simple cielo raso.

Al exterior, la torre se eleva sobre el primer tramo de la nave, y tiene planta rectangular, fuste prismático corto y de carácter macizo, y cuerpo de campanas más estrecho, en el que dos arcos de medio punto sirven de alojamiento a las campanas. Un pórtico ligero, encajado entre los volúmenes de la escalera y del transepto, cobijan una puerta de medio punto, abocinada y con tres arquivoltas baquetonadas, que apean en columnitas. Presenta un carácter sobrio y elegante, y es propia del siglo XVI.

Al interior encontramos un tabernáculo que preside el presbiterio, así como sendos retablos modernos, de inspiración renacentista, ubicados en los brazos del transepto. En el bajo coro registramos una pila bautismal del siglo XVI, contemporánea de la primitiva fábrica, compuesta por un fuste prismático decorado con cajeamientos, y una copa semiesférica avenerada. En la sacristía, como suele ser habitual, se guardan algunas piezas de orfebrería.

TOPONIMIA:

Cerca del actual cementerio, al Este del núcleo urbano existe el lugar denominado «Batzarremendi», dado que allí se reunían ya en el siglo XV los vecinos alo toque de campana para decidir los temas relacionados con el valle. De nuevo, como en los lugares cercanos , existe un sitio denominado «Gesaleta» (agua salada en euskera). Y un sugerente «Cofradiondoa» (junto a la cofradía en euskera), que indica este lugar era propiedad de alguna existente en el pueblo.

USO DEL EUSKERA:

En el primer tercio del siglo XIX Añibarro la incluye, a efectos de predicación, en una lista de localidades cerradamente vascoparlantes (Varios: «G. H. L. V.», Auñam., 1960, t. I, pp. 44-60). En 1869, L. L. Bonaparte clasificó a su euskera en el dialecto alto-navarro meridional, subdialecto Ultrapamplonés y variedad de Gulina. Irigaray, en 1935, la coloca en su grupo VI, es decir, los de 50 años y más lo sabían, pero no lo usaban.