TREN DEL PLAZAOLA
Su nombre se debe a que ya desde 1904 había un ferrocarril de vía estrecha que en sus 21 kilómetros transportaba mineral de hierro para la Sociedad Anónima Leitzarán desde las minas y ferrerías operativas desde hace 6 siglos del Plazaola (o Bizkotx) hasta Andoain, para desde ahí llevarlo al puerto de Pasajes.
Posteriormente fue ampliado a personas en tres etapas: Pamplona – Andoain, Andoain – Lasarte y Lasarte – San Sebastián y se inauguró el total el 1 de enero de 1914.
Sus proyectistas fueron los ingenieros Alonso Zabala y Liaño y se presupuestó en 13 millones de pesetas (cifra muy elevada debido a los túneles y puentes requeridos).
Pero ya en el 1929 se tardaba 3,5 horas en el recorrido San Sebastián – Pamplona mientras en autobús sólo se requerían 3 horas. Por ello y por el agotamiento de las minas de Bizkotx era deficitario y tras las inundaciones habidas en 1953 que destruyó parte del trazado, se decidido interrumpir el servicio.
Entre el tramo Lekumberri y Uitzi (5 Km) hay tres pequeños túneles. Entre Uitzi y Leitza el que en su día el túnel más largo de España con 2,7 Km siendo divisoria de aguas entre el Cantábrico y el Mediterráneo; decían que era el sitio ideal para iniciar el «viaje de bodas» … ya que tardaba en recorrerlo un largo cuarto de hora de oscuridad absoluta (a 10 Km/hora). Ya descendiendo desde Leitza hay otros 7 pequeños túneles hasta llegar al paraje de Plazaola; y sigue descendiendo tras pasar otros 30 pequeños túneles para llegar a Andoain.
Dada la lentitud de su marcha, cuentan que se podía bajar a coger uvas en las viñas cercanas a Sarasa y volvían a tren sin problema. Incluso, mediante propina al maquinista, se detenía cerca del caserío propio aunque no hubiera estación.
Durante su vida:
- La llegada del tren a cada localidad era un acontecimiento. Así los domingos a la tarde en Lekumberri esperaba su llegada la banda de música local.
- Asimismo mereció la etiqueta del «tren del hambre y el estraperlo» en la posguerra española: Venían muchos familiares / amigos desde San Sebastián hasta Uitzi a recoger huevos, patatas, carne y verduras.
- Cuentan que hubo un descarrilamiento en el túnel de Uitzi y se desperdigó la mercancía que transportaba atrayendo a todo el pueblo en su recogida; dado que había varios sacos de regalices los chavales del pueblo tuvieron ennegrecidas sus encías durante un año. También entonces se hizo famoso el «abrigo del estraperlista» incluso en verano y llevado por mujeres, que les daba un «aire» de estar todas embarazadas: era un tres cuartos de lana cheviot con cuello de piel de oveja y seis grandes bolsillos plastones en los que se camuflaban las habas, alubias, garbanzos. Cuando la Guardia Civil se acercaba a los andenes, el jefe de estación alertaba a los viajeros quienes lanzaban su estraperlo por las ventanillas en nerviosismo general, … y dicen que incluso una asustada señora lanzó también a su bebé que llevaba en su regazo.
- También fue el «tren de la angustia» ya que llevaba a los puertos cantábricos a los emigrantes navarros que «iban a las Americas».
- Asimismo el «tren de los esquiadores» ya que traía de Tolosa a los miembros del Ski Club Tolosano que iban a practicar el ski en las laderas de Lekumberri.
Para algunos trajo la pujanza económica para la región, pero para otros también las influencias perniciosas. Dicen que el cura de Leitza se quejó en un sermón de que «nunca se habían oído blasfemias en Leitza hasta que llegó el Plazaola».
Hoy VIA VERDE:
Cerca de 40 kilómetros se pueden recorrer hoy entre hayedos y robledales, entre Mugiro (Navarra) y Andoain (Guipúzcoa) por la senda que abrió el antiguo ferrocarril Plazaola que unía Pamplona con San Sebastián, y que hoy se está recuperando como vía verde.
Actualmente están acondicionados por el Consorcio Turístico Plazaola, 7 kilómetros como vía verde entre Mugiro, Lekunberri y Uitzi, pueblos del valle de Larraun y otros 12 alrededor de Leitza.
LA ERMITA DE LA TRINIDAD DE ERGA (EN AGUINAGA)
Ya desde la noche del tiempo este risco donde se implanta la ermita y casa del ermitaño tuvo su culto pagano, como atestiguan leyendas y costumbres: Así la leyenda de Mary, basada en tradición centroeuropea de la madre que maldijo a sus hijas convirtiéndolas en piedra, y que habita en las cavidades subterráneas, viajando desde el monte Txindoki a Donapaleu …. dicen que hacía parada en las oquedades de Erga.
Esta tradición de las piedras protectoras se mantiene: todavía hoy algunos devotos se separan de la procesión religiosa para recoger fósiles que llevan a sus casas para protegerla del rayo, tal como lo hacían miles de años antes su progenitores.
Tanto en la «Francesada» de 1795 como en la primera guerra carlista se oyeron gritos de guerra en este montículo. Incluso hoy en día se reconocen parapetos atribuidos por el pueblo a los carlistas de Zumalacárregui.
Como toda ermita devota no le falta su leyenda con intervención divina: Dicen que los valles de Imoz y Gulina decidieron edificar una ermita en el término de Malun, …. pero cada noche su obra se trasladaba milagrosamente a lo alto de Erga … por lo que cambiaron de emplazamiento a pesar del alto riesgo humano de construir en ese risco, …. y la mediación divina también evitó que en su construcción hubiera desgracias personales.
La historia no empieza a dar noticias del conjunto ermita y eremitorio hasta el 1721, donde se le «ordenaba al ermitaño comprar un libro para notar el movimiento económico de la ermita» … cosa que costa se hizo en el año 1754. La calidad artística de ambos edificios son nulas.
El grupo escultórico es de mármol blanco, de finales del siglo XIV, de escuela francesa: da idea de reposo del Padre, Cristo aparece crucificado, y el Espíritu aparece aliendo simultáneamente de la boca del Padre y de Cristo. A ello se añade el símbolo de la Eucaristía como manando de la Trinidad.
Es curiosa la figura del ermitaño que ya aparece en 1685: debiera ser «célibe, docto en doctrina cristiana, saber leer y las oraciones». Como esta figura era habitual en las ermitas de la zona, estaban agrupados en una Hermandad y el de Erga era tambien miembro de la Cofradía de sacerdotes del Valle.
Los momentos más solemnes eran las procesiones de los pueblos de alrededor a la Ermita, principalmente el primer domingo tras Pentecostés y el lunes siguiente a la fiesta de la Trinidad. Se consideraba «obligatorio» el que asistiera por lo menos una persona de cada casa, lo que era controlado por los llamados «kontalekue» que se quedaban en la subida anotando los asistentes; se llegó a definir las multas por inasistencia (Muzquiz: dos duros, Zarranz: tres libras de aceite, …). Tras la misa y comida, era y es particularmente emotiva la despedida de las cruces de cada parroquia asistentes, que «besan» ruidosamente a la de Erga, para después besarse entre ellas cuando se separan.